Pasará...,

  ...pasará

   

     Se dice que los niños estudian a sus padres para conseguir lo que desean, uno de los recuerdos más vívidos de esto lo guardo de cuando pasábamos tiempo entre primos, no faltaba el que tenía hambre antes de la hora del almuerzo y pedía comida en nombre del más pequeño del grupo, aveces su estrategia funcionaba, pero generalmente las madres se daban cuenta quien era el verdadero interesado en tener esa comida extra y todos debíamos resignarnos a esperar... 

     ¿Sabías que esa estrategia aún nos puede funcionar a pesar de que ya seamos grandes? Sí, y hasta se nos muestra que es el camino efectivo a la hora de requerir alguna cosa de Dios:

"Todo lo que pidais al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el hijo." Juan 14: 13

     Es bueno ¿no te parece? No necesitas tener méritos propios para conseguir algo cuando te presentas en nombre de alguien, allí el único mérito que te sirve es conocer a la persona en nombre de quien pedirás las cosas. 

     Jesús es ese alguien por medio del cual tenemos acceso al Padre y a su favor. Algunos pueden pensar que eso se aplicaba solo a los discípulos; pero él mismo Jesús dijo: "...yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" Mateo 28: 20. Sí, aunque no lo podamos ver, él está allí para caminar con nosotros en el día como lo hizo hace tanto tiempo al lado de los discípulos. 

     

Jesús es la puerta (Juan 10: 9), esa puerta que fue istalada en nuestra muralla impenetrable que nos separa de Dios, él es la puerta que abre la llave de la oración para darnos acceso al Padre, vale la pena acercarnos a él...

     Intenta hacer hoy un día de discípulo, pide a Jesús que te acompañe hoy en tu día, no importa que no tengas algo grandioso para hacer, él es quien hace grandiosas las cosas simples de nuestra vida, comparte con él cada momento, cada sentimiento, cada desición cada anhelo. Desde ya, tu día será diferente si dejas esa puerta abierta, haz que suceda hoy...