No tan solo llegar a encontrar...

... una aguja en un pajar.

Elisa prometió que vendría a cenar.
Martín dijo que llamaría.
Rogelio dijo que nos veríamos en la clase.
Alicia me pagará mañana.
Celia prometió que cuidaría a los niños.

     Nos topamos con frases como estas a diario, y es que tener relaciones implica tener conocimiento de lo que la otra persona hará y esperar en ello. Debemos confiar, en eso se basan nuestras relaciones, por eso siempre buscamos personas dignas de nuestra confianza para construir relaciones más estrechas.

     Pero sería tan bueno que pudieramos identificar a estas personas sin tener que llevarnos tantos chascos en el camino; personas estables emocionalmente, que se interesen en nosotros de forma genuina y sean dignas de nuestra confianza. Y aunque este mundo aún conserva como tesoros algunas de esas personas, la única que cumple con todos esos requisitos es Dios, él es el único completamente confiable.

     Pero tener a una persona confiable a tu lado no va a solucionar todos los problemas de tus relaciones, no, aún debes hacer tu parte, y esa parte es confiar, pues no importa cuan confiable pueda ser la persona que se acerca a ti si tú no confias en ella. A esto es a lo que llamamos FE. La Biblia habla mucho acerca de ella, leamos un poco:

"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan." Hebreos 11: 1 y 6.


     Sí, si hay algo que es imprescindible en nuestra relación con Dios, eso se llama fe/confianza. Y aunque hay de sobra personas que nos hablarán sobre lo confiable que es. Dios te invita a desarrollar esa confianza por medio de tu relación con él, que tu propia experiencia veas crecer esa confianza. Dedícale tiempo hoy, dale parte en todo lo que hagas y pídele que te ayude a reconocerlo en tu caminar diario, que sea real para ti, cada día más... 

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