Para que pueda entrar...
...hay que abrir la puerta.
Pero con Dios no funciona de esa manera, pues así como el pecado nos ha limitado percibirlo, a Él también lo ha limitado para actuar con libertad en nuestras vidas, se ha convertido como en una muralla que separa nuestras vidas e él. Lo bueno de esta muralla es que hay un portón y que el portón tiene llave y puede abrirse.
Sí, la llave para brir ese portón se llama oración, cuando la usamos le estamos dando paso a Dios para que entre a nustras vidas e intervenga, muchas veces complicamos la apertura de ese portón por causa de las ofensas y resentimientos que mantenemos unos con otros que cierran el portón de forma innecesaria y Dios se ve limitado para poder intervenir como le gustaría.
"Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seais sanados. La oración eficaz del justo puede mucho." Santiago 5: 16
Y de igual forma que el perdón y la reconciliación entre personas facilita nuestra comunicación con Dios y su intervención en nuestras vidas, ocurre al contrario cuando dejamos que nos dominen las amarguras y resentimientos, ellos van haciendo cada vez más "pesado" el portón y a pesar de tener la llave correcta, decidimos quedar adentro, alejados de todos y a nuestra suerte.
Pero de todas formas Dios no te deja a tu suerte sin que sepas que está afuera esperando a entrar y que hasta puede arreglar el peso de nuestro portón si hacemos el esfuerzo de usar nuestra llave para darle paso y permitirle hacer los arreglos. No desaproveches tu tiempo hoy para hacerlo, vale la pena dejar entrar a Dios en tu vida.
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