Dime que lees...

  • ...y te diré quien eres.


     Hoy más que nunca, quienes tenemos hijos escolares sentimos incertidumbre en cuanto a su educación y si será o no posible que aprueben el año escolar por como se está viviendo la crisis actual. Y es que lastimosamente, es difícil de ingresar a nuestra mente que un alumno pueda aprobar un año escolar sin haber asistido a clases. Pues a los seres humanos nos han programado así: 
"si no vas a la escuela, no aprendes"
"si no vas a la universidad, no consigues un título y todo lo que digas será cuestionable"  
"quien nunca pisó una escuela es un ignorante." 

     ¿Es en verdad esto así? Pues dependerá de cada uno, porque el pisar un salón de clase no significa que aprendas algo, y de forma sobrada la historia nos ha demostrado que uno puede aprender sin necesidad de pasar por un salón de clase (como Thomas Alba Edison gracias a quien tenemos la luz eléctrica hoy).

     Entonces, si no es imprescindible pasar por un salón de clases ¿Cuál es la clave del aprendizaje? El viejo refrán dice: "rodéate de sabios y sabio serás", podrías decirme que eso no aplica en esta cuarentena en la que nos pasamos encerrados. Además de que no tengo la capacidad de definir quien es sabio y quien no.

     Quiero presentarte una solución a nuestro dilema, a alguien que ha vivido lo suficiente como para enseñarnos de muchos sabios y llegar a llenarse de sabiduría que pone al alcance de todos. Sí, es tu Biblia, pues con más de 1500 años en los que se escribió ha adquirido esa sabiduría que con el tiempo no pasa de moda y en sus páginas se describe de esta manera:

"Toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." 2 Timoteo 3: 16 y 17
"Las cosas que se escribieron antes para nuestra enseñanza se escribieron..." Romanos 15: 4

     Alguno podría llegar a argumentar que a él no le funciona este método, pues es difícil medir el aprendizaje cuando no nos califican ni nos dan un diploma. Pero de la misma forma en que la comida entra a tu boca y te hace crecer y mantiene vivo a lo largo de los años, todo lo que entre a tu mente (lo puedas medir o no) influirá en ella para que se desarrolle o se estanque.

     Hoy te invito a hacer de tu Biblia ese compañero sabio de tu vida. Pero cuando la abras, no vayas a sus páginas pensando en lo que puedes aprender, lee por el simple hecho de pasar tiempo allí, al lado del sabio y el resultado estará garantizado aunque a simple vista no lo puedas ver...

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